A todos nos ha pasado… el hecho de estar aburridos en casa y decidir empezar a descargar un F2P para matar el tiempo.
Dependiendo de tu conexión, pasarás una media de 3 veces por aquellas webs que tengas en favoritos, conectaras tu música y si eres adicto a las redes sociales… bueno, si eres adicto a las redes sociales te convertirás en una especie de zombi, mirando fijamente a tu monitor a la espera de que se te ocurra un comentario ingenioso (sabes que eso no ocurrirá) o que alguien actualice su estado (ala un gatito, mira que mono).
Después de 2 horas la descarga está lista, te estiras un poco, pues no sabes el cómo pero al parecer acabaste echándote una siesta, y arrancas el juego. Aparece la Intro (ese vídeo que en un F2P verás una única vez y con suerte) y ok, todo listo, vamos a empezar a jugar.
Al principio el juego es grandioso e incluso se te da por aplicar tu inagotable sabiduría, te tocas la cabeza para averiguar que tu cerebro sigue en su sitio y desentierras ese fabuloso inglés con el que podrías ir hasta el fin del mundo.
Poco a poco vas notando una extraña sensación ya que posiblemente a este juego habías jugado antes, o tal vez no, pero se parece mucho ese juego que tan gratos momentos te ha dado en el pasado. No problem.
Sin saber cómo has dejado de leer las quests, tu mirada únicamente se dirige al “accept”, “next” y “complete”, ese fantástico inglés del que tan orgulloso te sentías te ha abandonado. No pasa nada, sigues adelante, nada importa, este juego tiene pinta de ser bueno.
Minimizas para leer alguna web, minimizas otra vez, compruebas el móvil cada cinco minutos, parece que el interés va disminuyendo hasta que por fin te llaman para cenar y cierras el juego momentáneamente.
Te frotas el estómago (que rica estaba la cena de mamá) y al volver a tu habitación notas de que te olvidas de algo, sin saber cómo has vuelto a tu aburrimiento inicial, algo te falta y no sabes el qué, pero si no te acuerdas de seguro que no sería algo de gran importancia.
Abres el navegador y revisas tus favoritos.
Ese juego nunca más se volverá a ejecutar, pues ha viajado al país de los F2P abandonados que esperan ansiosos un formateo del PC para poder descansar en paz.
Y a vosotros, ¿os ha pasado? ¿Habéis encontrado la solución a este extraño fenómeno?