Los felinos charr de Tyria son una raza victoriosa merced a sus propios éxitos. Han sobrevivido a la frustración, la opresión y a una guerra civil, pero han vuelto, reconquistado terreno y reconstruyendo sus hogares. Su poderosa fortaleza, la Ciudadela Negra, domina las ruinas circundantes de la ciudad humana de Rin y su tecnología exenta de magia es la más poderosa de la tierra. A pesar de su éxito, tienen que afrontar los desafíos de las divisiones entre su gente, el poder de los Antiguos Dragones y los fantasmas de sus propias victorias. Ésta es su historia.
Historia
Los charr hicieron de las tierras del este de las Picoescalofriantes su hogar durante muchos años antes de la llegada de los humanos. Abandonaron Ascalon y a partir de entonces se sumergieron en siglos de guerras con ellos, pero sus esfuerzos eran obstaculizados por el poder de los dioses humanos y la tecnología. Sin embargo, se recuperaron e invadieron las naciones humanas. La lejana Kryta resistió a sus incursiones, pero tanto Orr como Ascalon escogieron la destrucción antes que caer en manos de los charr.
Los charr pagaron muy caro su éxito, las antiguas Legiones dominantes (Ceniza, Sangre, Hierro) quedaron supeditadas bajo el yugo de la Legión de la Llama, que investigó magias prohibidas y rindió culto a oscuros y falsos dioses. La Legión de la Llama estaba subordinada a las féminas charr, quiénes previamente eran consideradas como iguales a los machos. A medida que la guerra se alargaba, cada éxito era atribuido a la inherente rectitud de la cruzada de la Legión de la Llama y cada etapa fallida era utilizada como excusa por otros como sacrificio por el bien de los Chamanes de la Legión de la Llama.
Al final, los charr tomaron Ascalon, pero su enloquecido rey humano escogió invocar su propia magia oscura: el «Foefire», que despojó a su población de las almas de sus cuerpos para que vagaran y protegieran su tierra durante toda la eternidad. La Legión de la Llama tuvo éxito, pero en su proceso condenaros a los charr a una insurrección eterna.
Las féminas charr se rebelaron contra el gobierno de la Legión de la Llama, uniéndose con las facciones rebeldes de las otras legiones charr. El líder de la rebelión, Kalla Espadallameante, obtuvo el apoyo del Emperador de la Legión de Hierro, y las legiones de Hierro, Sangre y Ceniza se unieron sin condiciones a la rebelión. Los chamanes de la Legión de la Llama fueron derrocados y las tres legiones recuperaron el control del destino de la gente charr. La Legión de Hierro, por su parte, tomó el control de Ascalon.
Desde entonces, los charr han luchado en múltiples frentes. Mantuvieron Ascalon a salvo del eterno enemigo sin vida. La Legión de la Llama se retiró pero no fue disuelta, y conspira para retomar el control. Los humanos se mantienen a distancia de la fortaleza de Ebonhawke. Y, más recientemente, un Antiguo Dragón, Kralkatorrik, ha dejado en Ascalon una gran Marca de Dragón. A pesar de los desafíos, los charr permanecen como una fuerza poderosa en el este de las Picoescalofriantes y como amos de Ascalon.
La Ciudadela Negra
Tras el derrocamiento de la Legión de la Llama, la Legión de Hierro se garantizó el control del conquistado reino de Ascalon otorgado por las otras legiones victoriosas. Erigieron su principal ciudad fortaleza, la Ciudadela Negra, sobre las ruinas humanas de Rin, donde todavía pueden divisarse los escombros de la ciudad destruida entre los cimientos de la ciudadela. Mientras la Legión Hierro está oficialmente a cargo, las legiones de Sangre y Ceniza tienen una gran presencia en la ciudad.
La Legión de Hierro es una de las legiones charr más avanzadas tecnológicamente, su ciudad es una gran fundición especializada en la industria. La Ciudadela Negra está dominada por el Núcleo del Emperador, una gran estructura esférica que alberga los cuarteles generales de las tres legiones, los oficiales y el consejo de guerra, donde las legiones se reúnen para planificar las estrategias. Por encima de todo esto, Smodur el Inquebrantable, Emperador de la Legión de Hierro, coordina a los charr en Ascalon haciendo gala de su veteranía.
Entorno rico en objetivos
Los charr hacen frente a desafíos desde múltiples frentes y aunque controlan Ascalon, este ya no es un territorio tan seguro como a ellos les gustaría que fuera. El »Foefire», desplegado por el último Rey humano de Ascalon, ha plagado de fantasmas los antiguos territorios humanos, que todavía viven sus últimos días de sus vidas anteriores y que siguen considerando a los charr como invasores que deben ser expulsados de la tierra.
La Legión de la Llama ha sobrevivido, aunque han sido arrinconados hacia el norte. Desde la base continuaron con su asalto a las Legiones, buscando minar el liderazgo y recuperar el control de los charr.
Aunque el mayor y más inmediato peligro ha sido el Antiguo Dragón Kralkatorrik, que, una vez liberado de su tumba, voló hacia el Sur, vagando y transformando la tierra a sus pies con su sola presencia. En las divididas tierras Orientales de Ascalon y en su paisaje maldito, los adláteres del Antiguo Dragón se mantienen en guerra con los charr. El paso de Kralkatorrik ha tenido otro efecto – los ogros han aparecido en las montañas de Blazeridge, hacia las zonas lejanas del Este, y buscan establecer sus pueblos en estas nuevas tierras.
Los humanos sobreviven también, manteniendo su posición en Ebonhawke, donde el apoyo de Kryta ha mantenido la ciudad ante el asedio sufrido durante siglos. Ahora, enfrentados por el poder con el Antiguo Dragón, las tres Legiones han escogido negociar con los humanos más que luchar contra ellos. Las negociaciones han derivado en una tregua provisional y, ahora, se les permite la entrada en la Ciudadela Negra. Todavía pasarán muchas generaciones antes de que las duraderas guerras sean olvidadas.
El triunfo de los Charr
A pesar de todos los desafíos a los que hicieron frente, consiguieron prosperar en Ascalon. Los grandes fragmentos de la Devastación están ahora rodeados por hierba y árboles jóvenes y las colinas del antiguo reino, antaño reducidas a escombros durante la guerra, están ahora cubiertas por la hierba y son utilizadas para criar los rebaños de animales con los que alimentan las Legiones. Los campamentos de hierro de las legiones inundan el paisaje.
Debido a sus larga historia de conflictos, los charr son la raza de Tyria más avanzada tanto militar como tecnológicamente. Sus rifles y pistolas se encuentran entre las más precisas y su tecnología es superior incluso a la de los legendarios y antiguos enanos. Los artesanos individuales pueden producir mejores armas, pero en términos de producción masiva, no hay otros grupos que puedan hacer frente a los poderosos arsenales charr. No todos sus avances se aplican a las armas – poseen algunos de los dispositivos y otros mecanismos de relojería más precisos de Tyria.
Los charr se encaran a sus oponentes como siempre lo han hecho – con su unión para conseguir sus propósitos, basada en la sólida fundación de sus bandos bélicos y la eficiencia implacable de su liderazgo. Tras salir victoriosos de las disensiones internas y de las amenazas externas, han retomado sus tierras ancestrales y se presentan al mundo como una de las razas de Tyria más vigorosas y poderosas.
