En los nuevos materiales desvelados hoy por Trion Worlds se revela la dura experiencia de la Guerra Civil de Mathosian, además de presentar a “Shyla, la gran dama de los High Elves”. Las historias de la “Guerra Civil de Mathosian” están detalladas en las entradas del diario del corrupto Aedraxis Mathos, mientras persigue a su hermano Zareph, a través de Telara. En cada entrada, Adedraxis planifica cada batalla entre los temibles Mathosians y la furia de Zareph y su milicia de rebeldes.

Entre los seguidores más fieles de Zareph se encuentra Shyla, quien renunció a su amor por el Príncipe Hylas para liderar a sus seguidores y unirse a los rebeldes Mathosian en la guerra. Fue entonces cuando Shyla ascendió para convertirse en uno de los primeros Guardians.

La guerra civil de Mathosian

Del diario de Guerra de Aedraxis Mathos

Entrada I

En este día, yo Aedraxis Mathos de un rancio abolengo, emprendí el asedio de Port Scion, joya de nuestro imperio y casa de nuestro hermano real Zareph. Su ciudad es inmensamente rica, aún así Zareph ha rechazado costear los planes imperiales de expansión, tramando en cambio suplantar nuestra legítima autoridad. A pesar de su arrogancia, él es nuestro hermano. ¡Mathosians! Cuando contéis esto a vuestros hijos, y ellos a los suyos, sabrán que vuestro rey observaba la catapulta, con su afligido corazón, mientras el Mago del fuego destruía las paredes de la casa de su hermano.

Entrada II

Port Scion ya es nuestro, sin embargo, no estamos contentos con ello. Zareph ha huído, llevándose con él a muchos de sus nobles, su ejército, a los ciudadanos más robustos, y de alguna manera, ¡todas las riquezas de la ciudad! Sólo ha dejado a los ciudadanos más débiles para viajar (¡y ni siquiera a todos!) y al cuidado de la ciudad a la guardia de honor, doscientos hombres a los que ha entrenado con habilidad y rencor, para que Port Scion resista durante tres semanas un duro ataque.

Indagando meticulosamente, descubrí que Zareph se había anticipado a mi cólera. Meses atrás, mandaba diariamente decenas de personas fuera de la ciudad, camuflados como viajeros. Esto prueba la traición que planeaba Zareph.

Tengo a todas las mujeres de los nobles decapitadas en Port Scion. ¡Así no podrán tener descendencia!

Entrada III

¡Por último, el oro! Uno de mis caballeros dragón capturó a un soldado haciendo una reverencia ante una estatua de Thedeor y descubrió un panel oculto en la base. El panel abrió una habitación secreta repleta de riquezas, aunque no era más que una cuarta parte del tesoro de Port Scion. Vaciamos la habitación y dejamos al devoto soldado a cambio, así podrá contemplar a los dioses.

A pesar de tener muchos fondos, Zareph robó a su rey muchos recursos necesarios. Campesinos y comerciantes no dan riqueza y aplicando sólo los impuestos justos, las arcas continúan vacías. Es necesario presionar más. Hemos enviado mercenarios del sur para acosar a los forajidos de Zareph y hemos encargado a nuestro viejo maestro Orphiel construir máquinas de guerra Ethian. Esto nos permitirá debilitarle, y luego Orphiel podrá llevar a cabo los planes por la conquista de de Mathosia. Zareph podría ir tras de mí. Ahora me precede, su calavera está en la parte superior de mi estandarte.

Entrada IV

¡Maldito, bastardo, asqueroso Kalmar! Mis mercenarios y armas finalmente han acorralado a Zareph en el Castillo de mi querido amigo asesinado, Ulfrid de Gloamwood. ¡Mis hombres escalaron por las almenas, pero el sanguinario Cyril de Greatsword se ocupó de ellos! Él lanzó por las almenas la cabeza de mi caballero para mostrar la fuerza de Zareph a mis sirvientes, ¡y trato de asesinar a su rey! ¡Pero me he adelantado estratégicamente! Por fin, puedo acelerar mi victoria, centraré mi poder en mis hombres, derribarán esas barreras de carne y vida para convertirlas en una oleada de traqueteantes huesos que atacarán a Zareph y distraerán a Cyril. Satisfecho con mi inminente victoria, volveré con Alsbeth y sus consejeros.

Entrada V

¿Cómo ha podido pasar? Zareph y Cyril han derrotado a mis zombies y se dirijen a Silverwood, donde se encontrarán con un contigente de High Elves gobernado por la perra de Shyla. Borrin, de los Enanos, también se ha unido a ellos a cambio de metal. Sus hombres minarán mis fuerzas. Yo cosecharé la victoria en la batalla, con la unión de los rebeldes. Como escribo, avanzamos a Ardenburgh.

Oh, pero encontrarán más de lo que tenían previsto. Durante siglos, el hijo mayor del rey de Mathosian gobernaba Telara, y por la eternidad yo dominaré toda la creación. Más allá de mis tropas con legiones de zombies, más allá de mis hazañas, he conseguido que el tonto narcisista de Orphiel construyera una máquina que posibilitara nuestros planes. Una en particular, donde parte de mi reside.

No estoy todavía completo, no lo he estado en toda mi vida. Destrozaré el cielo, y mi otra mitad se unirá a mí. Pienso en ello. Soy la otra mitad de aquel que es el ser más inmenso y colosal. Ahora soy su igual.

Creo que retornaré finalmente al apropiado, Royal We…

Shyla

Dicha Eterna

Shyla Starhearth: gran dama de los High Elves, primera sacerdotisa de los Vigil, la voz de la sabiduría y la compasión cuando los Guardians tomaron el poder. Shyla: atrevida y brillante, refuerza la fidelidad de sus seguidores con amables palabras e inspiradores discursos. Sin ella, los Guardians se verían arrastrados por el entusiasmo y perderían de vista el camino de su conciencia. Ella mantiene a su gente en el camino trazado por los dioses, pero incluso tras su inquebrantable belleza, se encuentra un alma tan triste como la primera gota de rocío helada.

Cuando Shyla fue una joven doncella (lo que se reconoce como joven por los Elfos) ella servía como sacerdotisa de Tavril. La salvaje diosa había dado el juramento a los High Elves de servir como guardiana de los lugares sagrados, y Shyla devotamente, asumió la misión de mantener a su gente en el camino de la fe y la servidumbre. Como un valle que no ha sido nunca descubierto, ella vivió una vida de sereno aislamiento, hasta que conoció a Hylas, y todo se prendió fuego.

Prince Hylas era el súmmum de los Elfos: rápido de pies y mente, y también con la espada, y lleno de una cegadora pasión, que no era nada habitual en el frío del bosque. Shyla y él se amaron por siglos, en una relación tan armoniosa como el cielo y la tierra. Las canciones que celebraban su amor podrían llenar la gran biblioteca de Chancel of Labors. Pronto, las canciones que lamentaron su despedida, fueron incluso más numerosas.

Una diferencia de opiniones

Cuando la Guerra Civil Mathosian comenzó, los amantes se encontraron a sí mismos divididos por primera vez, solo por la política. Shyla argumentaba que los Elfos tenían que ponerse del lado de Zareph, por la prosperidad de toda Telara, mientras Hylas, no quería poner en peligro su posición en campo abierto, para entrometerse en las luchas de los humanos. Viéndose incapaz para convencerle, Shyla lideró a sus seguidores para unirse a los rebeldes Mathosian, dejando a su querido príncipe atrás.

Nadie podía resistir la abominable magia que Aedraxis liberó en el cénit de la Guerra, ni siquiera una clérigo de la experiencia y habilidad de Shyla. Shyla, la Sacerdotisa de Tavril, murió aquel día, y ese mismo día, Shyla resucito ascendida como uno de los primeros Guardians. Junto a Cyril Kalmar y Borrin of the Dwarves, ayudó a mantener a Regulus lejos de la Victoria final y retornó a su hogar para liderar a los High Elves que también habían ascendido.

Apresurándose a conseguir las armas de Hylas, Shyla los encontró… fríos. Mientras que otros podrían haber encontrado su vuelta de su amada sacerdotisa de la muerte, como un milagro, Hylas parecía enfermo de celos por el ascenso en el estatus de Shyla.

Eternamente desgarrado

Una vez más los dos amantes chocaron sobre el destino de su gente. Mientras Shyla luchó para que los Elfos se uniesen oficialmente a los Guardians, Hylas mantuvo que la Guerra Mathosian había arruinado Telara. Que no habría seguido a los Mathosian antes, y por supuesto, no lo haría nunca.

Mientras que la anterior discusión fue entre dos amantes y amigos, esta segunda discusión se volvió amargamente del lado de Hylas. Él cuestionó su integridad y fidelidad, incluso si los fueron los dioses la que la habían retornado a la vida. Shyla todavía lo amaba, le perdonó su grandilocuente discurso, y permaneció fiel, incluso cuando él nunca más la visitó o la sonrió.

Entonces, sin aviso precio, el Príncipe Hylas reunió a su leal clan por completo, House Aelfwar, y se atrincheró en su ancestral Castillo, no permitiendo entrar a ningún visitante. Poco después, informó a Shyla por mensajero que su “asociación” no beneficiaría más a los Elfos, y por lo tanto no necesitaba fingir durante más tiempo.

Un nuevo comienzo

Decir que el corazón de Shyla se rompió sería como definir a una torre derrumbada solamente como quebrada. No obstante, sin más oposición, Shyla oficialmente se unió con los restantes High Elves a los Guardians. Para los Guardians, ella había sido el pilar, el punto de unión de los Elfos diseminados, que nunca desfallecían en contra de ningún enemigo. Ella lamenta que debe estar en contra de Hylas y que él tiene algo que ver incluso con la incontrolada aparición de Fisuras, las conocidas como Life Rifts.

El poderoso Cyril está agradecido a su sacerdotisa, ya que él ve el precio que su corazón ha pagado por su pureza y resolución. Es de conocimiento público que, en privado, toman el té una vez a la semana en el Sanctum. Shyla habla sólo de estrategia, la guerra en contra de Panetouched. Ella aprecia la el torpe intento de los Mathosian de compañerismo, su tendencia a actuar de forma paternal con quien supera muchas veces su edad. Su mente se inclina a proteger a su gente, para que los que los Elfos nunca mas serán rasgados en pedazos, como quedaron cuando les abandonaron los Kelari, o cuando el clan Aelfwar se atrincheró… o cuando el principe Hylas le rompió su corazón.