En noviembre, Activision Blizzard puso fin a su asociación de 14 años con Netease. El motivo fue que Netease sugirió que podría influir en los reguladores chinos sobre la prevista adquisición de Activision por Microsoft. Activision lo interpretó como una amenaza y puso fin a la asociación. Las dos empresas estaban negociando la renovación del contrato y Netease quería pasar a un acuerdo de licencia.
A Bobby Kotick le preocupaba que esto afectara a las conversaciones reglamentarias en torno a la adquisición de Microsoft. En respuesta, el director general de Netease dijo que podrían influir en el gobierno chino sobre la adquisición. Kotaku se puso en contacto con el representante de Kotick, pero no recibió ningún comentario.
The Times afirmó que los ejecutivos de Activision consideraban que NetEase había «amenazado» a Kotick. Tras la reunión, Activision ofreció a NetEase el acuerdo de licencia si la empresa pagaba 500 millones de dólares por adelantado como medio de compensar el coste de las complicaciones normativas. Al parecer, NetEase rechazó la oferta, calificándola de «comercialmente ilógica». El portal Kotaku intentó hablar con ellos, pero no recibió comentarios o respuesta útil alguna.
Vender juegos en China es un proceso draconiano en comparación con otros mercados. Tanto los editores de gaming nacionales como los extranjeros tienen que vérselas con la Administración Nacional de Prensa y Publicaciones de China (NPPA, por sus siglas en inglés), que aprueba los títulos individuales que podrían venderse a los consumidores chinos. De julio de 2021 a abril de 2022, la agencia dejó de aprobar títulos por completo, lo que dejó fuera de juego a casi 14.000 empresas de gaming.
Las dos empresas también tuvieron disputas anteriores entre ellas. En 2018, NetEase invirtió 100 millones de dólares en Bungie, un movimiento que al parecer disgustó a Kotick. Activision había sido socio en Destiny y Bungie llevaba retraso en el desarrollo de nuevos contenidos para su popular shooter, por lo que Kotick consideró que la infusión de NetEase podría distraer al desarrollador de atender a esa tarea. Ese mismo año, NetEase había invertido en una empresa de gaming fundada por un antiguo empleado de Activision. El Times informó de que esa inversión hizo que Kotick se planteara poner fin a su asociación antes de tiempo.
«Es lamentable que Activision Blizzard siga acosando y burlándose de empresas y reguladores de todo el mundo, haciendo acusaciones infundadas para distraer a todo el mundo de sus verdaderos problemas», escribió NetEase en una declaración a Kotaku. «Nuestras recientes negociaciones revelaron un claro desajuste entre las dos empresas, tanto en términos comerciales como en valores corporativos, por lo que decidimos que no nos interesaba a largo plazo servir a los objetivos a corto plazo de los actuales dirigentes de Activision Blizzard ni desviarnos de nuestros principios fundacionales.»
«Lo que más me preocupa ahora es que estas amistades desaparezcan» continuó.