La serie Elgato Neo tiene que ser una de mis iniciativas favoritas de la empresa en mucho tiempo. Después de arrasar en el mercado de los dispositivos de streaming en varias categorías, casi parecía que Elgato no tenía suficiente margen de mejora para seguir renovando las líneas existentes, así que este paso lateral hacia un segmento más amplio de creación de contenidos/oficina en casa, centrado en productos asequibles y respetuosos con el medio ambiente, es una jugada ganadora.
En aras del reciclaje, como ya comenté en el análisis de la Game Capture Neo, desde pódcast hasta edición de imágenes y vídeo, la idea de un Stream Deck diminuto y portátil que pudiera llevar en el equipaje y utilizar sobre la marcha con mi portátil fue uno de los aspectos más intrigantes de la gama de productos.
En caso de que necesites una introducción a la idea general de la familia de Stream Decks de Elgato, se trata básicamente de paneles personalizables para controlar tus streamings o actividades artísticas, con una serie de botones, cada uno con su propia pantalla LCD, que se pueden configurar para que realicen prácticamente cualquier función que desees. Mientras que el Stream Deck básico cuenta con 15 de estos botones personalizables en total, otras versiones presentan distintos diseños y números, o cambian las teclas por diales adicionales y pantallas táctiles (como el Stream Deck+). El Neo, por otro lado, reduce ese número a sólo ocho para facilitar un dispositivo mucho más pequeño, aunque tiene algunos detalles adicionales que los otros Stream Decks no tienen.
Al sacar el Stream Deck Neo de su embalaje sostenible y reciclado (me encantan estas nuevas cajas Elgato Neo), está claro que el objetivo es la simplicidad. En la caja está el propio dispositivo y… eso es todo. El soporte y el cable USB-C están unidos, así que no hay ningún elemento de montaje real. Basta con sacarlo, conectarlo al puerto USB-C más cercano y ver cómo se enciende. Esto presenta un problema inmediato, que puede que ya hayas notado o no dependiendo de tu situación. Es sólo USB-C, y el cable no es desmontable, por lo que necesitarás un adaptador de algún tipo si trabajas con puertos USB-A. El cable también es bastante corto, y al final he tenido que utilizar un adaptador USB ya que tengo la torre a un par de metros de mi escritorio.
Dejando a un lado este pequeño contratiempo, una vez que hayas descargado e instalado el software Stream Deck en el PC, podrás empezar a utilizarlo. La parte más emocionante de conseguir un nuevo Stream Deck, al menos en mi opinión, es sumergirse y personalizar todas tus teclas con la infinidad de funciones que ofrece. No quiero admitir cuánto tiempo he pasado creando versiones personalizadas para docenas y docenas de teclas, a menudo rehaciéndolo todo para cambiar de aires, y el Neo ha sido el mismo.
Un bonito punto de diferencia es el pequeño panel LCD situado debajo de las ocho teclas normales, que puede mostrar cosas como la hora o la página de botones en la que te encuentras, con botones capacitivos a ambos lados para desplazarte por dichas páginas. Ahora mismo no hay mucho más que puedas hacer con él, ya que no admite gráficos personalizados ni complementos aparte de los que Elgato proporciona por defecto, pero es de esperar que la empresa lo amplíe más adelante.
Por lo demás, la experiencia general es prácticamente la misma que la de los otros Decks, pero mucho más pequeña y portátil. Se trata sin duda de algo dirigido a usuarios que quieran un conjunto más transportable de botones, algo que poder meter en la bolsa del portátil y llevar de viaje para crear contenidos o hacer streaming fuera de casa. Muy recomendable como primera opción para alguien que lo utilice en el escritorio de casa también. Es increíblemente útil. Es pequeño, ligero y tiene un aspecto estupendo (y está fabricado con al menos un 60% de materiales reciclados), así que incluso si eres menos «gamer» y más «creador» te sentirás cómodo colocándolo en la mesa junto a tu portátil y utilizándolo para tareas tales como macros de Photoshop o Premier, entre otros.