Con la noticia todavía fresca de la expansión para Diablo III, Reaper of Souls, hemos tenido la oportunidad de dedicarle unas cuantas horas al juego de consolas que salió al mercado recientemente. Y os adelantamos que no defrauda para nada.
Para ponernos en antecedentes, Diablo III continua la historia un par de décadas después de los acontecimientos de su predecesor, Lord of Destruction. Las cosas se están poniendo feas de nuevo por Tristam y nadie más que nosotros puede poner fin a los planes de Diablo y sus secuaces.
Tendremos que elegir qué clase queremos para nuestro héroe entre bárbaro, cazador de demonios, mago, monje y médico brujo. Como en juegos anteriores de Diablo, no podremos personalizar el aspecto de nuestro personaje, aunque esta vez sí podremos elegir el género de este. Pero no os preocupes por el aspecto ya que una vez empieces a equipar a tu personaje, este será único ya que la variedad de objetos se cuenta en miles.
Hablando del equipo, aquellos que juguéis a la versión de PS3, tendréis en vuestro alijo una serie de artículos exclusivos que os vendrán de maravilla. Especialmente a niveles bajos y muy útiles para subir rápidamente de nivel. Entre estos artículos podemos encontrar el anillo que lleva Nathan Drake al cuello en Uncharted y la capa de Journey. Y mucho ojo, que son legendarios.
El juego es una fiel adaptación del juego de PC a consolas salvo por la ausencia de la casa de subastas, los menús y la interfaz gráfica in-game. Todo lo demás es igual, pero igual, igual. La magia de la saga Diablo sigue intacta, incluso potenciada me atrevería a decir. He disfrutado mucho más en consola que jugándolo en PC. La adaptación al controlador de consola es fluida y con un poco de ayuda al “auto-apuntar” se hace muy sencillo poder jugar. Empiezas con una sola habilidad, por lo tanto un sólo botón. Al subir de nivel progresivamente, cada vez tienen más botones/habilidades para usar. Por lo tanto el aprendizaje está bien pensado y es cómodo para el jugador. Además, al final vas a terminar spameando las dos o tres mismas habilidades todo el tiempo. En lugar de clickear por toda la pantalla, ahora apretaremos botones sin parar.
La decisión de no incluir la casa de subastas viene por el hecho de que también va a ser eliminada del juego de PC. Fue un bonito experimento que fue duramente criticado y es hora de volver a la magia de Diablo II. Los menús para el inventario y las habilidades, aunque pueden parecer simples no lo son tanto y te perderás en más de una ocasión, es uno de los puntos críticos a la hora de traer el juego a consolas, ya que no tenemos ratón y el clásico menú de los RPG no nos sirve de nada aquí. Además han añadido un sistema para ver y equipar los últimos objetos recogidos de manera rápida, basado en flechitas verdes y rojas de mejora, sin tener que parar el juego.
Es más que probable que muchos de vosotros ya hayáis probado la versión de PC y la primera impresión al empezar a jugar en la consola es que a nivel gráfico se nota que es algo inferior a lo que estábamos acostumbrados. Esto es algo esperado, pero a pesar de ello el juego a nivel técnico no defrauda ya que en ningún momento se nota ninguna bajada de frames. Ni cuando estás jugando con tres héroes más, con la pantalla llena de enemigos y rayos por doquier, y esto se agradece mucho. La experiencia de de jugabilidad es impecable.
Aunque nunca me pareció un problema demasiado grave, en la versión de consola no será necesaria la conexión permanente a Internet. Podremos elegir si queremos jugar solos o en cooperativo hasta tres personas más. Lo más destacable del cooperativo es el poder jugar varios en una misma consola, lo cual es muy divertido y Blizzard lo ha implementado realmente bien a la hora del manejo de la pantalla. El zoom se incrementará o reducirá en función del espacio que el juego necesite para mostrar a todos y si algún jugador se queda ausente en algún momento, este se podrá a seguir a los demás automáticamente. El modo online, que podremos jugar con amigos o desconocidos, es diferente. Aquí tu pantalla se centra en ti, estén tus compañeros en rango o no.
Diablo III es un juego pensado para jugar con más compañeros y por lo tanto resulta mucho más divertido si es así. No os perdáis este modo de juego.
En conclusión, ya desde que salió Diablo III hace un año y medio mucha gente vió que tendría potencial en consolas y, por suerte para nosotros, Blizzard también lo creyó así. La adaptación del juego es excelente y, sin dejar nada de la esencia de la saga por el camino, han realizado un trabajo espléndido. Jugué muchas horas a la versión de PC y volver a jugar ahora en consola ha sido de nuevo una gran experiencia.
Si hubiera que poner una nota, la mía sería un 8/10
Autor: Framara