Los Stalkers son temidos en toda la galaxia por su fama de silenciosos y mortales asesinos, que siempre aniquilan a sus objetivos.
El entrenamiento de los stalkers comienza con un suero inyectado de nanotecnología avanzada. Los nanos crean al instante una interfaz cerebral que da acceso al Stalker a poderosas habilidades tecnológicas, tales como avanzadas capacidades de sigilo, holoproyección óptica y mejoras en defensa. Esta interfaz también acelera y mejora los sistemas fisiológicos del Stalker, lo que le permite ejecutar impresionantes hazañas físicas y complejas artes marciales. Estas habilidades, utilizadas junto con un par de garras de aleación, hacen del Stalker un rival temible en el campo de batalla.
Los Stalkers son también maestros del combate táctico. Con sus mejoras neurológicas, controlan estratégicamente el campo de batalla, utilizando hardware de combate como minas de proximidad para maximizar su potencial de matanza en cada encuentro. Su interfaz cerebral también proporciona datos analíticos en tiempo real durante estos encuentros, permitiendo a los Stalkers energizar sus garras basado en la mayor vulnerabilidad de sus adversarios. ¿El resultado? Durante el combate, los Stalkers dejan un montón de cadáveres a su paso antes de desaparecer silenciosamente entre las sombras.
Aunque es un hecho poco conocido, la destreza tecnológica de los Stalker se debe a los Eldan en sí mismos. Cuando se establecieron los Dominion hace casi dos mil años, los humanos del planeta Cassus recibieron una serie de regalos tecnológicos de los Eldan — incluyendo una pequeña muestra con la etiqueta «omni-plasma». Esta muestra contiene millones de nanos programables, que con el tiempo se convirtieron en la base de las habilidades tecnológicas del Stalker.
Fuente | http://www.wildstar-esp.com/