The Sercet World – Asaltando El Infierno

Hemos hablado sobre muchas cosas de The Secret World, pero hoy vamos a meternos en algo realmente genial: las mazmorras que van al grano, y a buen ritmo.

Primero, pasamos por la «Decimotercera Puerta» y fuimos directos al Infierno. Correcto, el ardiente lago de fuego, donde los demonios usan a los mentirosos como juguetes de masticar.

Soy un Tank con una build de martillos, diseñada para atraer toda la atención de los enemigos hacia a mi, para que no golpeen a mis blandos amigos. Como todo en The Secret World, pronto me di cuenta que esto no sería una tarea fácil.

Empezamos en un lugar bastante amplio de rocas rojizas con tuberías industriales y chatarra por todos lados. Este Infierno está sorprendentemente industrializado. Veo unos cuantos demonios vagando por el desolado valle y cargo hacia ellos. Me golpean una vez e inmediatamente corren a por mi Healer. No hay problema, tengo unas habilidades para «atraer» y «provocar» a los los enemigos. ¿Por qué no pasa nada? Un rápido vistazo a mi barra de habilidades me muestra que están de color gris e inutilizables. Mi Healer está muerto.

Con unos empujoncitos de los developers, me doy cuenta que los vientos que soplan por la zona (Muy perceptibles visualmente) bloquean mis habilidades. Mi trabajo era atraer a los enemigos y llevarlos tras las grandes piezas de metal o las ruinas presentes por todo el valle, para bloquear el viento.

Boss #1
Después de unas cuentas batallas rápidas, llegamos al primer miniboss, un pesado demonio llamado Archaeomachinist. Cada boss en el juego tiene una personalidad, como cobarde, bruto o defensivo, y este tipo en particular, era un cobarde. Tan pronto como entramos en combate, arrojó un par de torretas, que apuntaban con una mira láser. Los jugadores han de moverse constantemente para evitar ser el punto de mira de las torretas – un divertido minijuego para mantenerte atento mientras te centras en el tio grande.

Ese tio grande que corria a esconderse detrás de alguna pared en ruinas cada vez que podía. Intentar tankear a este cobarde fue complicado, intentando no romper la linea de visión del healer, pero añado un toque divertido a la batalla. Además, utilizaba disparos de artillería, aparecían unos círculos rojos en el suelo, y luego la explosión.

Boss #2
Avanzo por la esquina preparado para algunos monstruos «basura», en su lugar me encuentro con otro miniboss: un demonio bastante obeso rodeado de grandes maquinas cilíndricas. Nos lanzamos hacia el, y reacciona activando un escudo de energía e invocando otros demonios para protegerle. A medida que matamos oleadas de demonios, sus escudos se desvanecen temporalmente, dándonos una oportunidad de darle duro. Cuando íbamos unas 2 oleadas, me percaté de que las maquinas detrás del boss, se estaban poniendo en marcha lentamente. Empiezan a emitir un humo verde que no se ve saludable. La nube de veneno nos va encerrando rápidamente, y ahora estamos en una contrarreloj. Muevo al boss, alejándonos de la nube tóxica, intentando ganar algo de tiempo. El DPS de nuestro grupo es sólido y obtenemos la victoria, pero estuvo muy cerca.

Salimos del valle, subiendo por los camino que llevan a la montaña, y me tomo un momento para ver los asteroides ardiendo por todo el cielo. Y después me doy cuenta de que mi grupo ha sido avistado por un gigantesco monstruo de 2 cabezas. Probablemente deba ir a ayudarles.

Boss #3
Me meto en la improvisada arena y cargo hacia el Engine Tyrant Alpha (El bicho feo de la imagen de arriba). Viene con dos «espíritus» que parecen curarle, por lo que lanzo tanuts al boss e intento atraer la atención de los espíritus, mientras mis compañeros les atacan. Pierdo el aggro continuamente en los espíritus, pero nuestro Healer es un pro y nos mantiene a todos con vida, a pesar de mi cuestionable labor como tank.

El boss lanza continuamente ataques que golpean a todos los que estén frente a el, por lo que lo llevo a una esquina de la arena. En ese momento, cuando empiezo a sentirme a gusto como tank nuevamente, un segundo demonio, identico al que estamos combatiendo, aparece y le pone un escudo protector al boss con el que estamos luchando. Durante el resto de la batalla, juego al pilla-pilla intentando mantener el aggro en ambas bestias, a medida que cambiamos de objetivo en función de que tenga o no tenga escudo. Sin duda es la batalla más complicada hasta el momento en la mazmorra.

Boss #4
The Executrix no es un nombre que se consigue a la ligera, por lo que sabía que estábamos en problemas cuando llegamos hasta este jefe. Nos abrimos camino en las ruinas, y fuimos emboscados por oleadas de demonios mientras la artillería caía del cielo a nuestro alrededor. Este es el equivalente en The Secret World de los enemigos «basura» (trash mobs), casi todos están unidos a la batalla con el boss.
Después de librarnos de ellos, el demonio femenino Executrix (imagen arriba), hace su aparición y empieza a resucitar a los demonios que matamos antes. Afortunadamente, los enemigos resucitados son bastante débiles, pero la mecánica es suficiente para mantener las cosas interesantes a medida que cambiamos de objetivo para mantener a los adds bajo control. Siento el tank, esta batalla fue realmente divertida, lanzando mis ataques de área para mantener a los adds sin perder al boss importante.

Boss #5
Por alguna razón, un trío de golems de lava están intentando derribar una puerta. Hubiera votado por dejarles hacer sus cosas, pero aparentemente no les gustó que estuviéramos espiándolos, y uno de ellos vino hacia nosotros mientras los otros dos seguían con la puerta. Parecía simple al principio, hasta que el golem empieza a derretirse, haciendo en charco de lava que está deteriorando mis piernas a un ritmo alarmante.

Apenas consigo salir de la lava, ya que te hace caminar más lento, pero soy inútil si no estos a rango de cuerpo a cuerpo. Mis compañeros de grupo siguen minando su vida con ataques a distancia. Por suerte (más o menos) los otros 2 golems deciden que su hermano está tardando demasiado tiempo para matarnos y vienen en su ayuda. Ahora tenemos 3 golems gigantes, que periódicamente dejan charcos de lava que evidentemente quitan vida (y todos a diferentes intervalos). Se convierte en una locura de batalla, en la que estás constantemente rebotando entre 3 golems, atacando al que se mueva, mientras tienes que evitar los charcos de lava que se acumulan en el campo de batalla. Después de un rato me doy cuenta: cuando los golems levantan sus piernas, están preparando un pisotón masivo frente a ellos. Alerto a nuestro grupo de esto, y desde aquí se le facilita la vida a nuestro Healer.

Hay unos cuantos monstruos basura en el camino al boss final, pero incluso estas batallas son interesantes, ya que se tele-transportan hacia los diferentes miembros del grupo, dejando un pequeño campo de luz en donde sea que se tele-transporten.

Me alegra que los desarrolladores hayan incluido la mecánica de «no te gusta el viento» al principio de la mazmorra, porque este último boss la trae de nuevo con venganza. El boss se cuelga del borde de la plataforma, invocando periódicamente vientos masivos que inutilizan tus habilidades y te restan puntos de vida, tienes que cubrirte en uno de los pilares que hay en los extremos de la plataforma circular en la que nos encontramos. Al mismo tiempo, dos de esos asesinos se están tele-transportando por el sitio, y granadas caen del cielo.

Siendo tank, me sentí impotente. No había forma de contener todo el daño que recibía. En una ocasión, el viento nos obligo a escondernos tras los pilares, pero nuestra elección de pilares dividió al grupo; pude ver al Healer al otro lado de la plataforma, siendo golpeada por un asesino. Mientras sopeso los pros y los contras de meterme en el dañino viento para ayudarla, unas granadas caen frente a mi, bloqueando mi camino.

Es frenético, es una locura, y demanda tomar decisiones rápidamente durante toda la batalla. Antes que pueda ser un héroe y hacer la carrera de la muerta para salvar a mi Healer, el boss aparece frente a mi y me empuja al otro lado, tras un campo de granadas. Me apresuro a través del viento para sacar al asesino de encima del Healer, y los DPS se apañan para cruzar las granadas sin salir volando por los aires. Volvemos a la carga y tras unos minutos le derrotamos.

Notas finales
La casi completa ausencia de enemigos basura mantuvo el ritmo en esta mazmorra. Cada batalla se sintió importante, porque había un bicho grande con unas mecánicas únicas involucrado. Pero incluso las batallas con los bosses pueden ser aburridas en los MMOs. Encuentro a TSW particularmente divertido en este aspecto, principalmente por su insistencia en mantenerte en vilo y obligándote a currártelo para llevar a cabo tu función en el grupo. Como tank, fue MUY difícil mantener el aggro, pero el juego esta balanceado con eso en mente. Los jugadores no mueren tan rápido como en otros MMO, por lo que al perder el aggro no significaba un wipe instantáneo. Mi tarea era luchar e improvisar para mantener el aggro todo lo posible. Mis aliados pueden llevarse golpes de vez en cuando, pero no pueden aguantar para siempre, por lo que tenía la presión de recuperar el aggro lo antes posible.

En cierto modo puede ser un diseño duro, que se alinea con el deseo de Funcom de hacer un juego complejo que no ate las manos de los jugadores. El resultado es una mazmorra que constantemente provoca esos rápidos golpes de adrenalina que a cualquier tank le serán familiares: ese sentimiento de pánico cuando pierdes el aggro y tienes que improvisar para recuperarlo antes de que alguien muera.

Fuente | http://www.pcgamer.com/previews/secret-world-dungeons/
Fuente Traducción y Fansite Español| http://www.thesecretworldsp.com/