Nos encontramos en un momento delicado para los MMO. No dejan de aparecer nuevos títulos, los grandes siguen dando coletazos a base de expansiones y cada día un nuevo juego se presenta en sociedad. Con los modelos de negocio también en expansión, las editoras migran sus ideas hacia nuevas posibilidades. No es que el modelo de juego gratuito y pago por contenido sea nuevo, pero si que es una solución que se va imponiendo día a día y cada vez más. Las frase free 2 play está en boca de todo el mundo, por algo será.
Y es que, ¿cómo competir contra un monstruo como World of Warcraft? Pues nada mejor que enfocar el sistema de comercio a este «nuevo» modelo, que permite ofrecer contenido bajo demanda, siempre que el jugador esté dispuesto a rascarse el bolsillo por el. Como decía, cada dia hay nuevos juegos que se suman a esta tendencia, que viene de largo. Aunque es en Asia donde ha funcionado desde hace años, se ha ido imponiendo poco a poco en el mercado Americano y Europeo. No es casualidad que el perfil de jugador que más dinero invierte en micro transacciones online sea el de mujer de entre 30 y 45 años, según estadísticas realizadas en Estados Unidos. Las compañías tienen claro que los micropagos son la forma mas cómoda de ganar dinero, a la vez que les permite situar el logo de Gratis en la entrada a su juego.
El estandarte de esta revolución, desde mi punto de vista, fue Guild Wars. Un juego que ofrecía una enorme cantidad de contenido y siempre con la etiqueta de gratuidad bien visible. Y está claro que funcionó a las mil maravillas. De hecho, la segunda parte parece que seguirá el modelo gratuíto de la primera, a la que por cierto, se han incorporado en su última fase de vida las microtransacciones, por aquello de tratar de alargar la chispa vital todo lo posible.
Pero el meollo del asunto no es el de los juegos gratuitos o con suscripción, un tema que por si mismo ya requiere un concienzudo análisis. El núcleo de la cuestión es si en la mayoría de los casos es realmente necesario invertir un euro en los juegos que son Free 2 Play. He visto buenos ejemplos de títulos en los que gastar dinero significaba obtener mejores objetos, más poderosos y capaces de humillar a aquellos jugadores, pobres, que no hubieran pasado la VISA. Otros, simplemente te hacen pagar si quieres modificar la estética de tu personaje, ese aspecto que parece tan infravalorado y por el que millones de jugadores invierten millones de euros alrededor del mundo. ¿Pagar por que mi personaje sea más molón? Por supuesto.
He asistido a eventos donde se defendía este modelo de negocio a capa y espada, y lo cierto es que estoy bastante de acuerdo con él. El problema es que en algunos juegos, intentar jugar sin pagar es poco menos que tirar las horas a la basura, aunque en otros si que compensa. Por suerte, parece que este último enfoque es el que funcionará en los próximos años, al menos dentro de nuestras fronteras. Fuera, parece que se ve más normal el pagar por cualquier cosa. Solo hay que ir a Facebook y ver las cantidades astronómicas que se mueven en negocios tan lucrativos como el de los complementos de moda virtuales para regalar.
Ante un entorno en el que la palabra crisis está a la orden del día, parece que las compañías están cambiando el chip y ofreciendo de forma totalmente libre su producto, preparado para que aquellos que de verdad lo disfrutan puedan ir mas allá y dejarse sus ahorros en los añadidos que consideren necesarios para su buen hacer dentro del juego. Solo espero que llegue el momento en el que alguno de estos juegos suba definitivamente el listón de calidad y comencemos a ver títulos algo más serios. De cualquier forma, parece que vamos por el buen camino y que en el futuro, free 2 play será sinónimo de free 2 enjoy, mas que de free 2 pay. Y que dure.
